jueves, 10 de octubre de 2013

Estado de la cuestión

¿Qué tanta controversia puede haber respecto a un tema que si bien, aunque nos afecta a todos, únicamente algunos se interesan lo suficiente para hacer algo al respecto?



Es comprensible que como seres humanos consternados por nuestro planeta, al saber de los daños que causan las emisiones de CO2 principalmente a la atmósfera, todos tomemos una posición en la que consideramos que las emisiones de este compuesto deben de ser controladas y/o contrarrestadas; pero es aquí donde viene la controversia pues, cuál es la mejor manera de evitar, controlar o contrarrestar la concentración de CO2 que cada vez aumenta más?


Por comienzo existe la alternativa de quedarnos con las políticas y los tratados de control/reducción de emisiones como lo es el Convenio de Ginebra sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia (1982), pero como dice Armando Yáñez Sandoval en su proyecto académico "La ruptura de carbono en bosques: ¿Una herramienta para la gestión ambiental?" (2004) "La primera solución que viene a la mente es deshacerse del exceso de gases invernadero que causan el calentamiento global. Aunque esto en principio sería una solución, la reducción en temperatura no sucedería de inmediato y el calentamiento global seguiría durante un tiempo considerable, al menos a un nivel constante. Además, no se puede simplemente reducir las emisiones dado que esto depende de múltiples factores naturales, socio-económicos, tecnológicos y políticos."


Por otro lado hay maneras como "My climate", una organización sueca que organiza y lleva a cabo proyectos medio ambientales desde el 2002; uno de ellos y quizás el más importante es la compensación voluntaria de carbono, es de hecho un líder en el área y es bien reconocido por todo el mundo, tomando como ejemplo a la universidad de Tufts en Estados Unidos, esta clasifica a My Climate entre los cuatro principales proveedores de compensaciones en el mundo y dice: "un alto nivel de proyectos de myclimate, la transparencia y la buena calculadora hace que sea una excelente opción para compensar las emisiones del transporte aéreo".

 Sin embargo también hay personas y/u organizaciones a las que no les parece tanto esta iniciativa climática como lo es Tim Considine, profesor de recursos naturales en la Universidad Estatal de Pennsylvania quien en su texto: Sustitución y el cambio tecnológico debajo de la tapa de carbono y el comercio: Lecciones de Europa (2009) dice que aunque las compensaciones de carbono atraen la atención a las causas ambientales y hacen surgir la conciencia pública, se están viendo acosadas por muchas razones; en su opinión deberían de ser controladas y supervisadas para evitar riegos de fraude. 

Considine advierte que no hay una solución perfecta para cortar las emisiones de carbono, dado que no existen fuentes de energía disponibles en el futuro cercano. "Puede ser difícil evitar incrementos sustanciales en los precios de la electricidad si fuéramos serios con el tema de la eliminación del carbono  (...) Este es el hecho de la cuestión. Ser ecológico puede ser costoso".



Uno de los textos más controversiales del tema es "La gran estafa de las compensaciones de carbono" por Patrick McCully, pues este habla en contra y solo en contra de las compensaciones de carbono, sugiriendo y pidiendo consideraciones de otras alternativas para la reducción de estas emisiones pues como en su título dice, considera una estafa las compensaciones de carbono.



McCully habla desde otro tipo de enfoque acerca del tema. El autor habla del Mecanismo de Desarrollo Limpio, el sistema más grande de compensación de carbono, tachándolo como un juego sucio que aumenta las emisiones de gases del efecto invernadero. "Si nuestro deseo es mantener el apoyo público para conseguir la eficacia de la acción mundial contra el cambio climático, no podemos arriesgarnos. A corto plazo, el MDL debe ser radicalmente reformado y a largo plazo, sustituido".
Considera ineficiente el trabajo en aquellos países donde MDL ha logrado reducir emisiones pues dice que en caso de que resulte un proyecto que reduce las emisiones a nivel local, no existe beneficio alguno para el clima mundial. "MDL es, en el mejor de los casos, un juego de suma cero. La “reducción de emisiones” genera una compensación que solamente permite a un país industrializado continuar contaminando." añade "Los documentos escritos por asesores de carbono para justificar por qué determinados proyectos deben ser aprobados por el MDL, a menudo contienen tantas mentiras que hasta harían sonrojar a los administradores de hipotecas de alto riesgo".

"En mi opinión el mayor problema al que nos enfrentamos es que no hay un mercado de captura y almacenamiento de carbono porque no hay una política climática" señala Howard Herzog, experto en Captura y Almacenamiento de Carbono del Instituto Massachusetts de Tecnología; este afirma que los proyectos para ampliar la industria se encuentran en suspenso. "Esta tecnología podría ayudar a reducir las emisiones de CO2 de la atmósfera, pero sería más costoso que dejar las cosas como están, por lo que mientras no haya una política que las cambie, todo seguirá igual".

Para Herzog el la principal contra para los proyectos de reducción y/o eliminación de emisiones de carbono es la conciencia del país más contaminante del mundo, EUA, quien en varios proyectos se niega a firmar para reducir sus emisiones tomando como justificación la crisis económica y la inestable política climática norteamericana.
Si bien es bastante obvio el futuro incierto de la captación del carbono y cuál es la clave para controlar las emisiones de carbono, para así evitar el aumento de contaminación atmosférica y cambio climático.
Hay opiniones de todo tipo y una gran gama de sugerencias pero ninguna satisface y probablemente tampoco satisfará a todos para que se lleve a cabo totalmente.





“Con toda la emoción ante la inminente llegada de 
un verdadero mercado de carbono, se puede estar 
perdiendo de vista una cuestión fundamental: ¿Con 
qué estamos comercializando exactamente?” 
environmental data services report

editorial, julio 2004




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